dimecres, 17 d’abril del 2013

Juego sin fin

Besos apasionados, noches de locura irrefrenables, ahora quiero, ahora ya no. 

Es fácil resumir nuestra historia, pero no lo es tanto entender y describir los sentimientos. Todo empezó por casualidad; yo no te esperaba, tú no me buscabas, yo te encontré. A veces maldigo ese día, ese momento en que le di la aprobación a mi subconsciente para dejarme llevar, para dejar que me hicieses tuya sin importar todo lo demás. 


No era una situación fácil, habían otras personas importantes involucradas indirectamente, pero aún así, las ganas me pudieron más que la razón. Por mucho que intentara resistirme se hizo imposible y al final, pasó. Y fueron unos meses de locos; momentos perfectos, momentos de rabia, de odio, de risas infinitas, de confianza, de complicidad... hasta que decidiste ponerle un punto y a parte. 


Durante ese punto interminable tuve tiempo para reflexionar, para arrepentirme, para convencerme a mí misma de que jamás volverías a hundirte en mi piel y estaba muy segura de ello hasta que reapareciste en mi vida y en un abrir y cerrar de ojos todas mis ideas se convirtieron en incertidumbre.


¿Y si...? ERROR. Nunca debí plantearme qué pasaría si te daba otra oportunidad, si lo intentábamos otra vez. Fue un grave error que se ha convertido en un círculo sin fin, ya no soy capaz de poner fin a mi atracción hacia ti, ya no puedo plantearme un "no" como respuesta a tus propuestas indecentes. 


Es una herida que nunca tendrá cura, es una herida que se cierra con facilidad pero con un abrefácil que se crea cada vez que reapareces en mi vida. Siempre quedará la espina de qué pasaría si algún día fuésemos algo más que  un par de revolcones. 


Y me planteo: ¿Hasta dónde puede llegar una relación de amor-odio como ésta? A veces pienso que sería feliz contigo, otras pienso que no me gustarías si complacieras todas mis peticiones, ¿podría existir un equilibrio? Creo que es algo que nunca descubriremos.