dimecres, 16 de febrer del 2011

¿Nos conocemos?

Nos conocimos de esa forma tan típica. “Preséntame a una amiga soltera”-le dijiste a mi compañera. No sé que le hizo pensar a mi amiga que tú y yo seríamos compatibles, pero pensó en mí, y como tú querías, nos presentó.
Esa forma de empezar ya daba muchas cosas por echas, el hecho de que quisieras conocer una nueva chica me daba a entender que estarías interesado en mi en todo momento, pero resulta que me equivoqué. Parece que ahora, después de cuatro conversaciones absurdas, con algún que otro intento de conocernos en persona, la que tiene cierto interés y curiosidad por conocerte soy yo. Cada vez tú lo tienes más creído y eres tú el que das por hecho que tengo ganas de quedar contigo, pero para qué negarlo... las tengo. Te conectas, te saludo, no respondes, te vas... De vez en cuando un intercambio de palabras rápido y cortante. Pero nada. Mis ganas de conocerte crecen, y cuánto más me ignoras, más crecen. ¿Qué estúpida verdad? ¿Si alguien algún día me pregunta si te conozco qué debo decir? Puedo responder que sí, y puedo responder que no. Te conozco porque tengo tu número de teléfono y porque hemos hablado algunas veces a través del ordenador, pero sin nunca habernos visto me pregunto a mí misma: ¿Nos conocemos?